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jueves, 4 de febrero de 2016

Torres del Paine II: El Testimonio de mi compañero Cristián Alfero (autorizado)





PERIPLO A TORRES DEL PAINE

BASE DE LAS TORRES

Ayer (22 de Febrero del 2016) llegamos a la Hosteria Torres.
Emocionados x armar nuestro campamento base. El clima, inmejorable. Salimos raudos para aprovechar el día hacia nuestro primer trekking del Periplo.....la mítica Base de las Torres.
Mucho equipo a estrenar, llenos de marcas registradas top como Marmot, The North Face, Goretex, Salomon entre otras, todas vírgenes de la realidad que se venía.
Casi sin sentirlo y de buen ánimo llegamos al campamento Chileno, sintiendo que parte importante de la tarea se había cumplido en razonables condiciones y que solo faltaba algo más.....
Un pequeño aro, y emprendemos camino a las bases. Hipnotizados por el ruido del río y lo increíble del bosque, seguimos subiendo casi sin pensarlo. Quedaba muy poco y no habíamos sentido el peso del legendario trekking. Sorpresivamente, el paisaje cambia. Las Torres siguen esquivas. Desaparece el bosque y se nos viene una pared árida de rocas infranqueable. Atónitos, buscábamos con esperanzas por donde debía seguir nuestro camino a las bases. Pero, lentamente empezamos a entenderlo. Solo a 1.000 metros del objetivo, estaba el real obstáculo a vencer. Casi sin crearlo, empezamos a ver cómo hormigas a la distancia entre las rocas. Horror, eran otros ilusos que como nosotros habían llegado hasta este punto sintiéndose ganadores antes de haber conseguido nada.
Seguro que muchos intuíamos que era una locura, que no había para que. Que las Torres se veían imponentes desde acá!! Para que esta locura...?  Pero el hombre está hecho de desafíos y ya estábamos tan cerca. No podíamos fallar. Era el primer día. Lentamente comenzamos a subir, casi como autómatas, comienzan los dolores, los calambres, las fuerzas parecen extinguirse, pero seguimos, impulsados por ese pundonor muchas veces torpe y por las caras de nuestros colegas de jornada que regresaban con la satisfacción de la misión cumplida. Ese yo interno que nos dice, si ellos pudieron, como no voy a ser capaz yo. Tarea ardua, dolorosa, lenta. Parece que no avanzamos. Tan lento que mi Nike running que nos había acompañado toda la jornada indicándonos km tras km como vencíamos a esta leyenda, pese a todo nuestro esfuerzo, repetía incesantemente "deteniendo entrenamiento "!!! Pero si estoy haciendo un esfuerzo sobre humano, me estoy moviendo. Como este programa de mierda no se da cuenta!! Se hace insoportable y lo apagamos. Seguimos a penas, pero no se ve el final, las Torres están ahí, pero parecen inalcanzables. Un pensamiento repentino....después hay que volver!!! No puede ser. Ya nuestras fuerzas se extinguen pero tenemos que desandar esta locura.  Cuando ya creemos finalmente haberlo logrado, el camino nos lleva hacia abajo. Sorprendidos comenzamos a buscar el error. Será por acá, me habré equivocado..? A lo lejos aparece otro sobreviviente lo que confirma lo ilógico, pese a estar tan cerca, hay que bajar...... Una vez más esta ruta nos sorprende, giro a la izquierda y ahí están majestuosas, imponentes, sorprendentes. Por unos instantes se nos olvida el dolor, los calambres, el esfuerzo al limite. Hipnotizados por la belleza de la naturaleza y por haberlo logrado, descansamos unos minutos y emprendemos el regreso. La adrenalina del logro nos llevan como autómatas y el orgullo de haber llegado nos anestesia. El regreso se hace eterno, las distancias parecen infinitas, soñamos con la llegada, con una ducha, con la comida.
Finalmente lo logramos Hosteria Torres a la vista.....pero, que pasó con el camping. Si estaba al lado!! No se ven las carpas....
Nos resignamos a que el tiempo y la distancia dependen del medio... Continuamos paso tras paso hasta que comienzan lentamente a aparecer unos puntos multicolores. Llegamos!! Parece un sueño. Estamos exhaustos, pero es recién el primera día!!

La primera noche fue larga con añoranzas de nuestras camas. Cerca de las 5 AM ya había claridad, luego las primeras gotas se dejan sentir. Horror, todo va a ser un barrial, como vamos a levantar el campamento bajo la lluvia? Entrará el agua a la carpa? Todos preguntas clásicas de un afuerino no acostumbrado a estas lides.
Rápidamente entendimos que la generosa madre tierra tiene todo preparado para estas situaciones muy habituales en estas latitudes. La tierra y el pasto absorben la lluvia casi sin esfuerzo. Por otra parte el chaparrón no fue tal y aprendemos que en las carpas la lluvia se magnifica. Luego el tiempo cambia de nueva. Nos levantamos, primer desayuno, armamos las mochilas y partimos esta aventura rumbo al Camping Serón.

HOSTERIA TORRES - SERÓN

Esta es la más amable de las caminatas. 13 km sin grandes dificultades, pero esta vez llevábamos con nosotros algo más que nuestros recuerdos y pensamientos. Llevábamos nuestro campamento, víveres, abrigo y alimentos de los próximos varios días. Esto realmente hacía una diferencia. Comienzan las subidas agrestes, pedregosas, implacables seguidas de sinuosos caminos que nos llevaban a nuestro destino.

Caminábamos bajo un sol agradable , a ratos sofocante, pero luego una que otra nube lo arreglaba todo. Hasta unas pocas gotas que amablemente refrescaban nuestro andar. Casi sin darnos cuenta, las pocas gotas se fueron intensificando y la luminosidad del día desapareciendo..... Ráfagas de viento se intensificaron y se nos vino el diluvio. El Periplo continuaba esta vez bajo una intensa lluvia que nos mojaba hasta el alma. Goretex no fue capaz con este aguacero. El panorama no era alentador. Se veía a muy corta distancia y parecía que llovería por días. Bajamos al llano bajo el chaparrón. Al nivelarse el terreno, las gotas fueron disminuyendo y nuestro horizonte se agranda. Aparece más de un hermoso valle bañado por el majestuoso río Paine.
Pronto, el sol nuevamente con nosotros. Serón debe estar cerca, terreno plano, bañando por el río, solo faltaba nuestro Camping. Sin embargo, se hacia esquivo. Cada vez que creíamos ver la multicolor señal de nuestro destino, resultaba ser un truco de la naturaleza que nos engañaba, tal y como un espejismo en el desierto. Esta etapa se hace eterna, ya queremos llegar, pero nada. Repentinamente una señal indica Camping Serón, ya llegamos. Algunos compañeros de ruta celebran la llegada. Sin embargo, Serón no aparece. Quien va a poner un letrero indicando algo que no hay?? Porque tan lejos del lugar de destino, seguro que todos pensábamos, pero había que seguir. A la vuelta de un bosque, finalmente nuestro destino!!!
En Serón nos recibe un sol radiante que nos ayuda a secar toda nuestra ropas y zapatos. Varios llegamos exhaustos y con ganas dejar esta historia hasta acá. Una cosa era hacer trekking por el día, pero algo diferente era hacerlo cargando 18-20 kilos en la espalda. Luego de una abierta conversación se decide dejar la decisión para después de la siguiente jornada que era la más extensa. Casi 20 KM hasta Dickson.

En un relajado ambiente todos echados bajo el sol y reponiendo fuerzas. Hay un cierto viento que augura cambios en el clima. Por estas tierras se dice que en cada día hay las cuatro estaciones. Más tarde, preparamos al abrigo de un quincho nuestra cena. 
Esa noche pensamos que perdíamos la carpa, el viento y luego la lluvia nos azotaron implacablemente. La carpa se retorcía ante los constantes embates del viento. Sin embargo, llegó el nuevo día y nuestro campamento había resistido perfectamente esta batalla.
Levantamos campamentos y partimos esta larga jornada con energías renovadas. Era algo como mágico. Hace unas horas nos dolía cada uno de los músculos y hoy dejábamos atrás Serón en busca de Dickson.

SERÓN - DICKSON

Esta jornada era lo prometido un largo recorrido por hermosos paisajes. Subidas extenuantes seguidas de Largas y ventosas caminatas pasando por el lago que la da origen al Imponente Río Paine. Luego nos internamos por bosques hasta que parece Coirón. Un punto de la Conaf en el que hay que registrarse. Comenzamos ya a reconocer a muchos de los caminantes que van con nosotros. Descubrimos que nuestra amiga austriaca había pasado muy temprano por ese punto. También un matrimonio Belga, unos muchachos de Puerto Montt y otros de Valparaiso, entre varios más.
En Coirón almorzamos, reponemosagua de un pequeño estero y seguimos adelante.
El camino se empieza a hacer eterno. Los letreros de las distancias nos confunden. Avanzamos sobre troncos y tablones. Todo semi inundado. Al agotamiento de las fuerzas se suma el siempre cambiante tiempo y comienza a llover una vez más . No llegamos a destino y el tiempo empeora. Cuando ya las esperanzas se perdían y bajo una lluvia tupida, tras una subida agotadora aparece el Lago Dickson, el glaciar al fondo y abajo el Camping con sus instalaciones. La felicidad nos embarga, sentimos la tarea cumplida, pero el Paine siempre nos sorprende. Luego de desembobarnos del paisaje, entendemos que para llegar al destino , aún debemos rodear el río, subir una ladera y luego enfrentar una de las más abruptas bajadas, casi un vacío para bajar a las hermosas y verdes llanuras que rodean el lugar.
No importa! Llegamos! Cumplimos! .....pero sigue lloviendo y debemos armar campamento en estas condiciones. El viento nos acompaña en forma permanente. Estamos mojados, las duchas son muy básicas y luego hay que recorrer una larga distancia a la intemperie. Tampoco hay facilidades para cocinar, debemos haber llegado unas 80 carpas y no hay un techo donde cocinar y guarecerse de la lluvia y el viento. Mojados y sin poder secar nuestra ropa como mágicamente Serón nos había regalado el día anterior era francamente un desastre. Teníamos mucho frío. Preparamos una sopa a la intemperie que nos revivió el alma!!
Luego, acudimos al "Store" en que se decía graciosamente al preguntar por el horario de atención que era de 10 a 10 en horario discontinuado...... ya que a veces estoy y otras no estoy!!!
Había Pan que llevábamos 3 días sin comer!! Sándwich de Salame y mayo y nos cambio la vida.
En toda la noche no dejó de llover gentilmente y haber viento que resoplaba con violencia entre los grandes árboles que nos rodeaban.

DICKSON - LOS PERROS

Como cada amanecer. Ánimos redoblados. Una tremenda sorpresa es que nuestros amigos consiguieron desayuno en el refugio!! Cerelaes, yogur, huevos, tostadas, un banquete!!!

Nos vamos a Los Perros, confiando en que tendremos buen clima para hacer el temido cruce John Gardner para el que hay que subir a 1.200 Mts de altura.
La jornada no se presenta fácil, y representa la clara determinación de ir por la "O". 
Luego del reponedor desayuno, tomamos nuestras mochilas y comenzamos un nuevo Periplo. Esta vez el camino se presenta más amable. Luego de un abrupto comienzo en que subimos bastantes metros casi escalando los cerros por el bosque se llega a un sendero que va suavemente tomando altura por entre milenarios bosques de Lengas y Coigües, cruzando de vez en cuando algunos rios y quebradas. En la medida que vamos subiendo el bosque se torna menos denso hasta que nos volvemos a encontrar con una montaña de piedras por la que hay que subir. Nada nuevo a estas alturas. Al llegar a la cima, algo jadeantes, se presenta ante nosotros un glaciar fantástico, colgando de la montaña y abajo la laguna que recibe sus deshielos. Caminamos un kilómetro más por el lecho de un río y llegamos a Los Perros. Esta era la primera vez que llegamos en una condición razonable, sin haber sido sometidos a nuestro límite. Estamos todos de mejor ánimo. Es temprano y el Camping Los Perros está bajo un bosque de Coigües milenarios con un quincho con mesas para preparar la comida. Decidimos preparar almuerzo por primera vez. Ravioles con Creme Brulee de postre. Un lujo. El ambiente era muy simpático, todos nuestros compañeros de ruta, experiencia y sufrimiento. Estaba el gringo Michel de los Seahawks, luego llegó Anne de Austria con su amiga francesa, también el matrimonio belga, los españoles entre muchos otros.
En la tarde siesta y relajo para luego comer y acostarnos temprano, ya que nos dijeron que debíamos salir temprano si queríamos hacer el cruce. El día anterior estuvo cerrado, y ese día habían cruzado a 100 personas con un arriero al frente y otro al final ya que las condiciones no eran buenas y había mucho viento y nieve. Se nos venía a el día D. 
Nos fuimos a dormir sabiendo que la jornada más difícil estaba por venir.

LOS PERROS - PASO JOHN GARDNER - CAMPAMENTO PASO

Nos levantamos a las 6 AM. Desarmamos campamento y como nos habían dicho a las 8 AM salimos a la cancha. Nuestras mochilas son ya parte natural de nuestro andar. Inmediatamente nos enfrentamos a unos ascensos importantes entre zonas boscosas con mucho barro, ramas y raíces por todos lados. Se hace muy difícil el avanzar. Mucho barro y ramas que obligan a maniobras complejas. Varios van resbalando y cayendo. Seguimos adelante. Luego unos pedregales tipo lecho de río que deben ser bajadas de aguas invernales y nuevamente bosques. Vamos ganando altura hasta que ya no hay más vegetación. Adelante solo la montaña y una fila de hormigas multicolores subiendo entre las rocas por algo que debiera ser una ruta pero que sin embargo en muchos momentos es difícil de seguir. Concentración y fuerza es la consigna. Paso a paso, metro a metro vamos avanzando. El esfuerzo es grande. Él Paine ha sido bondadoso con nosotros y nos ha dado una ventana de tiempo para poder cumplir. Después de mucho esfuerzo, llegamos a la cima del cruce John Gardner!!! y de inmediato como premio al esfuerzo aparece frente a nosotros el glaciar Grey y el final de campos de Hielo sur. Una vista increíble!!!
Descansamos unos minutos emborrachados por el paisaje y la satisfacción de haberlo logrado, pero hay que seguir. Queda la bajada hasta el campamento Paso que es de alta complejidad. Continuamos camino junto al glaciar y bajando en algo cercano al vacío. Alguien diseño unos peldaños para hacer más fácil la bajada/subida, pero la verdad es que tiene una altura solo digna de jugadores de la NBA. Producto del mal tiempo de los días anteriores todo esta muy mojado y resbaladizo. Varios caemos o resbalamos más de una vez. Un guarda bosques de la Conaf nos advierte que había se había accidentado una mujer y que los guardias del campamento Paso la habían tenido que bajar.
Redoblamos los cuidados, pero queremos llegar pronto. La bajada sigue insufrible, entre bosques y acantilados, siempre flanqueados por el majestuoso glaciar Grey.
Finalmente aparece nuestros amigos belgas y nos dicen llegamos!!
Qué alegría, que alivio. El lugar es mínimo, una pequeña semi planicie en el cerro. Logramos encontrar un lugar para montar campamento. Preparamos nuestro almuerzo y compartimos con gringos, alemanes, chilenos, holandeses, españoles. Ya somos todos un gran equipo.
No contentos con haber hecho el paso, bajamos a ver el glaciar Grey junto a Francisco, andinista amateur de Osorno y paramédico de profesión. 
Sin darnos cuenta sigue llegando gente y el Paine nos vuelve a sorprender. Comienza a llover y todo empieza a ponerse barroso. El campamento se sobre puebla y las carpas brotan como callampas por doquier. Al menos tenemos un quincho para preparar la comida protegidos de la inclemencia del tiempo. Comida caliente seguida de postre de manzanas calientes liofilizadas y buena conversa con el variopinto grupo.
Nos vamos a dormir y la lluvia nos acompaña incesantemente durante toda la noche.

PASO - GREY

Amanece en el campamento Paso y comienzan una vez más el proceso de ordenar, desayunar y levantar el campamento. Salimos una vez más. Esta vez el destino es el Camping Grey. 5 horas de bajadas, subidas, quebradas y quizás que más.
Desde un comienzo la jornada se presenta difícil. Las lluvias de la noche hicieron estragos en el camino. Pero nada que ya no hubiéramos pasado. Seguimos adelante. Cada cierto tiempo el glaciar aparece en todo su esplendor haciéndonos olvidar por un momento los esfuerzos desplegados hasta ahora. Adicionalmente a todo lo anterior, este trayecto nos hace enfrentar el vértigo de la altura, cruzando un par de puentes colgantes precarios sobre quebradas de gran altura.
Llegamos a una zona más plana de bosques de Lengas milenarias que auguraban un pronto arribo. Luego, un letrero abre nuestras esperanzas, Camping Grey!! Hemos llegado. Sorprendentemente equipado en referencia a todo lo anterior. Esto es un lujo!!
Un tímido sol y una suave brisa nos ayudaron a secar  y limpiar las carpas que habían quedado en una pobre condición después de la lluvia en El Paso.
Almorzamos relajadamente y terminamos de montar el campamento.
Luego, lo más esperado de nuestra llegada a Grey. La ducha caliente. Un lujo que ya parecía olvidado.
Repuestos y acicalados, nos fuimos al bar del refugio Grey a tomar algo y relajarnos.

Nuestra penúltima noche en el Parque se presenta muy tranquila con poco viento y sin lluvia. Dormimos bastante bien.

GREY - PAINE GRANDE

En la mañana, diana temprano con desayuno en el refugio para reponer fuerzas.... Un manjarsssss!!!
Luego a desarmar el campamento y partimos de nuevo con destino a Paine Grande. La jornada se presenta como fácil con los últimos 11 km de Periplo, sin embargo, como  ya hemos dicho no hay que confiarse ya que el Paine siempre te tiene una sorpresa. Esta vez con un clima y nivel de dificultad razonable sufrimos el primer accidente de esta aventura, con caída y rompimiento de nariz de uno de los trotamundos.
De cualquier manera, llegamos todos a Paine Grande y cumplimos con uno de los objetivos más obvios pero no por eso menos difíciles de estas jornadas que era el completar el giro de este imponente macizo, por su parte posterior, la menos conocida y visitada, dado el alto nivel de esfuerzo y dificultad que tiene, lo que experimentamos en carne propia en los últimos 7 días con casi 100 km recorridos por rutas y senderos muchas veces inhumanos, con 18 kg en nuestras espaldas. Estamos francamente felices y orgullosos de nosotros y del grupo. Concretamos un desafío importante con gran esfuerzo y superando muchas de nuestras limitaciones físicas y mentales.

Desde aquí tomaremos el catamarán que nos llevará a Pudeto para luego regresar finalmente a la civilización en Puerto Natales.

Autor:Cristián AlferoPara la posteridad (y nosotros)

lunes, 1 de febrero de 2016

Torres del Paine I. No mires la piedra de adelante porque te puedes caer en la que debes pasar ahora

Llagamos!  Luego de meses desde que surgió la idea de esta experiencia y aventura - bastante extrema  para muchos de nosotros - .aquí estamos y no hay vuelta atrás.  

Elegimos lo más exigente de estos parajes por lo bello ...y por lo exigente. Con mi amigo Cristian Alfero queríamos ponernos a prueba y dejar que nuestros hijos, que acaban de salir del colegio, se demostraran a sí mismos que podían enfrentar este desafío. Ahora ellos inician un camino de voluntad y mucha exigencia, para transformarse en adultos capaces de abordar las pruebas que les pondrá la vida.


Y partimos duro.  De llegada a las 5:30 am a Punta Arenas directo a Torres.  Armamos campamento y a la 1 pm nos encaminamos a la Base de las Torres.  Sin pensarlo, sin darnos tregua.  Arriba con todas nuestras ganas.  4 horas de subida, 4,5 de bajada.  Durísimo para los que llegamos sin entrenamiento y para los que estábamos en estado físico precario...digamos.  De vuelta ya casi de noche, agotados y muertos de frío, sin fogatas, a preparar algo de comer.  Un poco caótico todo esto. Fue un día destructor de egos, para forjar las voluntades necesarias para lo que venía, para mi un esfuerzo de verdad muy, muy grande, pero con el regalo de ese lugar indescriptible, magnificente que son Las Torres.  Ninguna foto lo describe. 


La vuelta fue bastante dramática.  Y a la llegada no había un buen hotel, una mujer que me hiciera cariño, una buena comida y una rica cama. Había un camping, sin luz, sin techo, baños precarios. Sin esperanza de ninguna comida en 9 días. Los dolores intensos de rodilla y de todo me confirmaron que no estaba preparado para esto.  Sin duda la cosa iría empeorando. Con viento, frío, cansancio, dolores.   La rodilla me preocupa.  ¿Arrepentido?...un poco.


Por que estamos aquí?  Entre otras motivaciones más profundas, precisamente por lo anterior, porque estamos acostumbrados a resolver nuestras necesidades de manera artificial, llenos de cosas, comodidades que nos restan voluntad y capacidad de sacrificio.  Aquí nos enfrentamos a la naturaleza y a nosotros mismos, sin soluciones artificiales, sino con nuestras propias capacidades y energía, con nuestra imaginación y carácter.  Nada más y nada menos.

  
Al día siguiente, con poco descanso, partimos al primer tramo de la famosa "O".  Un largo camino con 20 kilos a cuestas (más del 25% de mi peso). 12 kms, algo más de 4 horas.  Llegamos a Cerón inmensamente agotados, con serias dudas de si no deberíamos abortar, pero la naturaleza nuevamente nos regala un esplendoroso sol, un momento de descanso que nos hace olvidar el viento, la intensa lluvia, el agotamiento inmenso que acabamos de vivir.  Le damos otra oportunidad a nuestras capacidades, a nuestra voluntad, a lo que queremos lograr. 


De "Cerón" partimos a "Dickson" que sería uno de los tramos recordados como más "sufridos".  Nuestros cuerpos aun no bien acostumbrados a este ritmo, a los 20 kilos en subidas y bajadas de 45 grados o mas en largos tramos, enfrentan ahora el duro rigor de la naturaleza.  Todo un dia de trekking duro bajo lluvia permanente e intensa, con fuertes vientos.  Llegamos a Dickson luego de 6,5 horas en 18 kms. Armar carpa y tratar de recuperar calor dentro de los sacos;  la tentación era a quedarse ahi y recuperar con un buen sueño, pero había que preparar comida, afuera, al viento y a la lluvia, sin mayores facilidades en un camping muy precario.  Pero pronto vuelve la voluntad y nos levantamos, salimos del calor del saco y la "protección" de la carpa a buscar una de las dos duchas "calientes" al aire libre, para recuperar el calor con esa gota de agua hirviendo con viento atravesado que se cuela por la "puerta" de la ducha, que en ese momento valoramos como un gran regalo. 

Descubrimos que fuera del refugio pagado del lugar había un techo y ahí preparamos un exquisito tarro de porotos (el único que llevamos). Nos hicimos amigos del muchacho a cargo del refugio y nos dejó entrar, comernos la comida en el comedor y nos calentarnos con la riquísima estufa a leña. Finalmente compartimos un rato muy entretenido con mochileros de todo el mundo, gente llena de historias y experiencias, hasta bien tarde.  Nuevamente un regalo que nos hace olvidar la dura experiencia del día. Encontramos luego de las dificultades espacios, momentos para reforzarnos y seguir adelante.  

Decidimos desayunar en el refugio al día siguiente: un maravilloso desayuno con huevos, pan, jamón, queso.  El mejor que he comido en mi vida. Muy bueno o fundamental para la moral del grupo, que en todo caso se toma todo con buen humor y mucho cuidado fraternal entre nosotros. Bromas, risas y respeto en todo. 

El maravilloso desayuno precede una caminata de 4 y algo de horas por un sendero increíble entre árboles, ventisqueros, lagunas, hasta "Los Perros".  Bellísimo, pero aun más precario lugar.  Ya sabíamos que ahora no había vuelta atrás y que el famoso y temido "Paso John Gardner" se acercaba: el máximo desafío en esta avenura.  Mejor no saber mucho de lo que viene, porque igual viene y hay que superarlo.  En Los Perros seguimos haciendo amigos, conociendo historias, creciendo en experiencias.  Alli no hay agua caliente y los baños son muy básicos, pero hay quincho para cocinar, pasar el frío y compartir. El cuerpo duele, pero esta más acostumbrado.  Y también  ya hemos ganado en organización y experiencia con nuestra carpa y cosas. 



Al día siguiente el gran día. Enfrentamos el temido "Paso John Gardner".  La subida parte a las 8 am.  No hay vuelta atrás. Debemos subir casi 800 mts en pocos kms y esperar que no haya viento, lluvia o nieve que nos impida pasar. El clima nos acompañó, alguien "de arriba" fue benevolente con nosotros.  Para mi esta subida fue un esfuerzo gigantesco, de verdad. Hice la subida en 3,5 hrs, algo más del standar de 3, acompañado y cuidado por mi hijo Pedro. Cada paso, cada piedra, cada pasada un desafio, con mucho cuidado de no lesionarme, de que algo de mi cuerpo no preparado fallara: una rodilla (que ya venían con lesiones), un músculo, una cadera que ya no respondiera, un tropiezo, cualquier cosa. 

El apoyo de los guarda-parques lo encontré  lejano, ambiguo. Como la infraestructura:del Parque,  también muy precaria.  Una vergüenza para un lugar tan emblemático a nivel internacional, pienso.



La llegada arriba otro maravilloso regalo: el gigantesco Glacial Grey desde Campos de Hielos Sur en toda su magnificencia, a unos 800 o 1000 mts más abajo.  Foto con mis dos maravillosos hijos en esa cumbre.  Qué más pedir? 


Luego de un breve disfrute volvemos a la realidad: Hay que bajar.  Si la subida fue dura, la bajada el doble: Se necesitan buenas piernas, buenas rodillas y un alto grado de coordinación y equilibrio. Todos puntos débiles a mis años y falta de capacidad innata en esto.  Pero llegamos sanos y salvos a "El Paso", luego de superar cada piedra, cada uno de los cientos de escalones para gigantes, los pasos peligrosos al borde del precipicio de 800 mts, al menos. 



Uno descubre aquí la realidad de la vida: cada paso es un nuevo desafío que se aborda inventando, cuidando, buscando la mejor solución, sin saber lo que viene después, sin necesidad de preocuparse por ese futuro inmediato o lejano sino por el presente, por lo que se nos presenta en cada instante, disfrutándolo, sintiendo la emoción de cada experiencia, pero siempre buscando avanzar lo mejor posible, para alcanzar la siguiente meta. 

"El Paso" es un punto de guarda-bosques con letrina, agua, sin ducha y con quincho muy básico. Suficiente para descansar y compartir con otros el gran paso que hemos dado y descansar para el día siguiente lleno de más sorpresas de este Paine de naturaleza y vida plena para todos nosotros.

El tramo del día siguiente, hasta el camping Grey, debía ser "fácil", sobretodo después de lo más difícil que fue el Paso John Gardner, pero para mí no lo fue.  Cada cual con sus capacidades, sus miedos, su limitaciones para enfrentar la vida y sus desafíos. En mi caso: Mi creciente vértigo o miedo a caer, por el precipicio. 


La senda en este tramo va por bosques y sale al borde del precipicio muchas veces en pasadas angostas y subidas difíciles, enfrentando el abismo.¡Muchas de estas pasadas incluida un salto largo entre rocas mojadas, para cruzar un río como cascada!.  Caerse era despedirse.  Simplemente uno no se puede caer. Aquí no está definido el fracaso o la incapacidad.  Esta sí es prueba para la vida.  No sé si otros lo vean así, pero para mí esta fue una experiencia al límite. El Buceo Técnico, mi pasión, en algún sentido también lo es, pero para mí mucho más controlable y dentro de mis propios límites. Aquí me sentí al borde, aunque finalmente sin pánico, pero con mucho miedo.  Creo que solo por este tramo, no volvería a repetir este desafío: fui capaz, me siento muy satisfecho, pero prefiero despedirme y agradecer, lo mismo que hice luego de bucear varias veces La Esmeralda en Iquique: Agradecido de haberlo hecho, de haberlo vivido y de haberlo superado.  


La llegada al camping Grey nos tranquiliza luego de estas experiencias fuertes (para mí al menos). Ducha caliente, un buen whisky con hielo de glacial y una rica comida de campaña. Buen descanso preparándonos para nuestro último día hasta Paine Grande .   Ya habíamos decidido no continuar hasta el inicio de la " O" en Camping Hostería Torres desde donde habíamos partido.  Estábamos exhaustos, ya con muestras de debilidad en rodillas y otras "piezas" de nuestro cuerpo.  No había necesidad de quedar maltratados y lesionados.  Nuestras metas y desafíos más exigentes en este viaje estaban más que satisfechas.  Mejor disfrutar plenamente de lo logrado tomando el Catamarán que nos llevaría a tomar el bus a Puerto Natales.  


Este ultimo tramo pasa por el sector incendiado hace tres o cuatro años. Con sorpresa y gratitud veo muestras de recuperación.  Incluso algunos árboles quemados brotan tímidamente.  Nuevamente la naturaleza se sobrepone al desastre, aunque con dificultad.  




Para un buen cierre en este tramo, una última sorpresa de esta gran aventura:  caminando ya despreocupado por, tal vez, el tramo más fácil del trayecto, a media hora del destino final el camping Paine Grande, caminando rápido y despreocupado, de pronto me caigo estrepitosamente y golpeo nariz y frente en la tierra, sin ninguna posibilidad de evitarlo.  La velocidad de caminata, la despreocupación y la inercia de la mochila hicieron lo suyo.  Mucho escándalo, mucha sangre, pero nada grave (finalmente en Santiago 15 puntos en la nariz).  Creo que eran los únicos 50 mts de sendero, de los 95 kms que recorrimos, sin piedras filudas, palos o rocas.  Nuevamente alguien "arriba" me cuidó y solo me quiso seguir enseñando que, a pesar de que el camino parece fácil, siempre hay que estar alerta y consciente para enfrentar y reaccionar a los peligros y contingencias que nos pone al frente la vida. 


Y finalmente aquí estamos de vuelta, luego de haber vivido una experiencia, una aventura de esas que quedan para siempre, llena de enseñanzas, emociones, agradecimiento infinito y mucho amor por mis hijos con quienes compartí esto, y con los demás compañeros de aventura, ahora más amigos que antes, cómplices de una pequeña locura de esas que nos hacen sentirnos más vivos y más conectados.  
Para toda la vida y para todo lo de la vida.  

viernes, 15 de enero de 2016

Por qué vamos a Torres del Paine

Torres del Paine es un destino único, no cabe duda. Ante la pregunta de por qué ir a Torres del Paine, aspirando a hacer "la O" completa, en este Enero, la respuesta obvia podría tener que ver con lo maravilloso del lugar, la increíble experiencia que significa vivir la naturaleza, el desafío de una aventura prometedora, que se trata de un imperdible, entre otras.

Les confieso que en mi caso la respuesta va por otro lado.  Sí, el lugar es único y maravilloso y hacer un recorrido de este tipo es un gran desafío. Pero la razón de haber propuesto este viaje a mis hijos y a un amigo especial con sus hijos es otra.

Mi hijo menor es un gran muchacho que salió este año del colegio y que, por lo tanto, se enfrenta ahora al desafío de crecer bruscamente, de enfrentar su propio destino, de aceptar su obligación de construir su camino.  Mi hijo mayor es otra persona muy especial, que está viviendo su propio proceso de libertad, emprendimiento y crecimiento personal, aceptando también su condición de adulto responsable de sí mismo, ahora encaminándose a construir  su propio camino de adulto joven pleno y satisfecho de lo que es y de lo que puede hacer. Yo con mi inquietud por aventurarme a otros espacios de crecimiento y aprendizaje que complementen lo que soy, esforzándome por aceptar los desafíos de la ¿tercera? etapa de mi vida, buscando encontrar la sabiduría, el valor y los espacios disponibles para aportar a otros, con el temor natural al fracaso o a no hacer una diferencia. Mi hijo mayor es tercera vez que va a las Torres en trekking.  Mi hijo menor y yo las conocemos desde lejos, como turistas motorizados.

Esta es más o menos la "Cordada Magni".

Mi amigo y sus hijos son del colegio de mi hijo menor. Sus hijos eran compañeros y amigos: tres muchachos muy comprometidos con sus propios desafíos en esta nueva etapa que comienzan. También nos acompaña otro compañero de mi hijo, él sin su papá.  Somos 8 exploradores! 8 aventureros de nuestras propias capacidades.  La invitación inicial la hice a varios, para una aventura padre-hijos para celebrar el inicio de esta nueva etapa.  No hubo mucho entusiasmo.  Muchos prefieren la playa, el descanso, el caribe, los viajes tradicionales o, simplemente, no hacer nada, a este tremendo esfuerzo de exploración y convivencia. Todo bien.

Entonces:  ¿Por qué vamos a Torres del Paine?  Respondo por mí.

Yo voy porque quiero ir con los que invité.  Armé esta "cordada" con mis hijos e invité a otros a una experiencia de esfuerzo, convivencia, empuje y resistencia especial, que buscará valorar lo simple y lo magnífico de la naturaleza. Creo que para ellos será una oportunidad de encuentro consigo mismos, en comunión con una naturaleza potente, incontrolable, poderosa y, a la vez, acogedora.

Invité a  mi hijo menor a enfrentarse a sus propias capacidades, para que pueda demostrarse a sí mismo que es capaz de un pequeña hazaña como esta, bastante singular y esforzada dado su típico estilo de vida sedentaria, cómoda y protegida. Para que reconozca el valor del esfuerzo y de la autogestión y viva la satisfacción de logros significativos, en premio al compromiso con sus propias metas y convicciones. Quiero darle la posibilidad a mi hijo menor de que crea en sí mismo y en las posibilidades que tiene en una vida y un camino que se le abre en plenitud.

Quiero también estar con mi hijo mayor, compartir con él esta maravillosa experiencia, darle la posibilidad de un "break", cargado de naturaleza, paz interior y desafíos exteriores más allá de lo cotidiano y material.

Finalmente para mí, quiero estar de verdad con mis hijos, profunda y trascendentemente.  Quiero acumular esta experiencia en mi vida, acuñar luego sus recuerdos, sentir y permanecer en las emociones que viviremos. Por su puesto: quiero demostrarme que me la puedo, aunque físicamente no estoy preparado, enfrentaré las exigencias y veré como me las arreglo para cumplir completamente con este sueño.

Me encantará la convivencia con mi amigo y sus hijos y amigos de mi hijo.  Me encantará conocer a otras personas, me fascinará la naturaleza poderosa e infinita que nos acogerá. Me desconectaré y me encontraré conmigo mismo, con mis debilidades y fortalezas, con mis miedos y esperanzas.

Será una experiencia memorable y trascendente.  Pase lo que pase.


miércoles, 13 de enero de 2016

Por que buscar el cambio

Decían que las personas nos dividíamos entre conservadores y liberales.  Hace algún tiempo esa era incluso una división política hasta el punto de que se crearon partidos políticos que apuntaban a estas distintas visiones de la vida. A mí me gusta mucho esa manera de agrupar a las personas, aunque esté algo obsoleta, pues creo que refleja bastante bien dos visiones de cómo se aborda la vida, y veo que, de una u otra manera, está presente en cada uno.

La gente conservadora – desde el punto de vista meramente intuitivo – tiende a conservar, a quedarse, a mantener el status quo, a evitar la incertidumbre.  Estas son las personas que creen buscar estabilidad, que se alejan de lo extraño, de la diversidad, de la intranquilidad. Son personas que, en general, no gustan del cambio.

Quienes son más liberales, por el contrario, son personas inquietas, dispuestas a la aventura, que buscan descubrir, que aceptan la diversidad o incluso la promueven. En el extremo son personas que añoran el cambio.

La pregunta obvia que sigue es : ¿qué es preferible, ser conservador o ser más bien liberal?  La respuesta evidentemente es ni uno ni lo otro (como decía un prócer por ahí…todo lo contrario). Sin embargo, tengo que decirlo, sospecho que hoy es mejor ser más bien liberal que conservador, o al menos aplicar una visión más bien abierta y dispuesta al cambio, que adoptar una actitud conservadora.

La razón de esto es bastante simple: El cambio, la incertidumbre, la ambigüedad llegó para quedarse…y aumentar.

Un ejemplo de esta aptitud para aceptar el cambio es el cambio de casa, que dicen es uno de las situaciones traumáticas más fuertes….un poco exagerado creo, pero claramente es una experiencia “compleja” por decir lo menos.

Cuento brevemente esta experiencia personal, muy personal, pero útil a otros, según me parece.

¿Primero, por qué decidir cambiar se de casa, luego de 20 años, cientos de vivencias familiares, personales, miles de encuentros, muchos recuerdos, la gran parte de ellos maravillosos.  Parte importante de nuestra historia familiar y personal?

Hay muchas explicaciones prácticas que son una lata: Que queremos simplificarnos la vida, que queremos bajar los costos de “operación”, que queremos estar más cerca.

Sospecho que nada de esto es importante, por lo menos para mí. Creo que la razón de fondo de un cambio de este tipo es…simplemente buscar el cambio, la propensión a avanzar hacia otros caminos, mejores por cierto (no somos masoquistas). La intención de buscar otras experiencias, de dar la vuelta a la página y encontrarnos con otras oportunidades.

Les cuento un secreto: El solo hecho de haber dado el paso de este cambio, que me costó emocionalmente, me ha abierto a otros cambios, a aceptar la diversidad de oportunidades que ofrece el cambio positivo de vida. El sentir que no me estoy quedando atrapado en los recuerdos y las vivencias, sino que ellas van conmigo, me siguen, las atesoro en mí y me enriquecen. Este cambio me ha causado una sensación de libertad, de liviandad, de poder ir “liviano por el mundo”.

Y pienso que este es el verdadero sentido de una actitud liberal frente a la vida.
Más que libertad, es liviandad. Qué bueno es sentirse liviano, de compromisos, de lo material, de lo físico, de una tradición intrascendente. Esto me dá la sensación de que puedo elegir lo importante y no quedarme con lo superfluo.

Recomiendo la libertad, recomienda ser liberal desde lo más profundo de cada uno, recomiendo aceptar y buscar los cambios hacia mejores caminos y oportunidades.
Para ello sí es necesario contar con nuestras raíces, bien firmes (cada cual encuentre las suyas), pero que ellas no nos detengan, solo nos sostengan y nos permitan crecer.

Por qué estoy pensando en un blog ?

Siempre me ha interesado el mundo de los medios de comunicación. Siempre me ha interesado poder comunicarme con otros, expresar mis ideas, intercambiar experiencias. Por eso me encanta la idea de contar con un medio de comunicación como un blog, que lo asumo como un medio de comunicación y de expresión de mis ideas y las de otros, centrado en mi propósito personal.

Es más, ayer descubrí que este interés por comunicarme con otros proviene de lo que es mi propio “sesgo instintivo”; ¿Qué más fuerte en nuestra personalidad que un instinto? Sospecho un signo de la propia evolución humana en esto.

Por otro lado me doy cuenta que el ejercicio de expresión escrita (o verbal) me ayuda a aclara ideas, a revisar mi camino, a encontrar mis consistencias e inconsistencias; me obliga a ordenar los pensamientos y a entender mejor lo que me rodea.

Entonces: Quiero tener mi blog para expresarme, para conversar, para intercambiar ideas y experiencias, para difundir y recibir conocimiento de otros.

Lo veo como un medio para crecer y desarrollarme, para exigir un poco más de rigurosidad en mi camino. para compartir con otros mi propia experiencia de vida, mostrando las posibilidades de crecimiento y desarrollo personal que voy encontrando en lecturas, testimonios, experiencias de todo tipo, siempre buscando mostrar la esperanza de un mejor vivir en cada cosa que uno hace, en cada camino que nos muestra esta vida, en cada nuevo descubrimiento y aventura, centrado en lo que puede ser valioso para otros.